Audio Libro: Quinta escena de El Metro habanero

Mientras preparaba la grabación de esta quinta escena, recordé la manera en que  concebí esta obra y ahora se los comento por simple curiosidad, en primer lugar, pero en segundo lugar para compartir con ustedes mi asombro por la forma caprichosa que tiene la literatura a veces de anticiparse a los hechos de la realidad real, o como dijera el escritor puertorriqueño en su novela La guaracha del Macho Camacho: “…ricura, ricura, la vida plagiando a la literatura…”.

La obra en su conjunto surgió dentro de mí debido a una conversación con un compañero de trabajo caracterizado por su dogmatismo, quien me sugirió la idea central pero desde el punto de vista de los cánones del Realismo Socialismo. Me pidió que, al no ser él mismo escritor, considerara si podría escribir un cuento relacionado con la falta de capacidad de los seres humanos para adatarse a las nuevas circunstancias que suelen presentársenos en ocasiones a todos.

Luego de varios meses de darle vueltas a la idea ajena dentro de mi cerebro, rechacé la escritura de un cuento y determiné que el género adecuado sería el dramático y dentro de éste, el teatro del absurdo, con personajes que fuesen caricaturescos (nada de personajes típicos en situaciones típicas) y el espacio fabular sugerido una realidad que era noticia por aquellos días en la isla de Cuba: la construcción de un Metro en La Habana con el objetivo de resolver en dicha ciudad los graves problemas de transportes, metro que luego de más de veinte o treinta años quizás de haberse proyectado, jamás ha comenzado a construirse por razones que desconozco.

Aunque elaboré el plan para retar al público presente en la supuesta sala teatral donde se entrenara (soñé siempre que fuese en la sala teatro del museo provincial Vicente García de la ciudad donde vivo, debido a sus características), le agregue entre los falsos personajes a los actores A, B y C y la Actriz, que formarían parte del público para provocarlo a pensar.

En cuanto a los personajes protagónicos, los que estarían en escena, los concebí de la siguiente manera:

SABI: aunque representa la sabiduría, pretende convertirse en un Mesías humano para los demás, en el corrector de los defectos ajenos, en el gran mentor de todos. Sin embargo, como el viejo refrán religioso, practica el haz lo que yo digo, no lo que hago.

BRUT: si bien en la esfera privada representa la brutalidad por su forma errada de concebir la vida finita sobre la tierra, en el plano social es capaz de advertir cómo SABI pretende manipularlos a los cuatro.

INTE: se considera a sí mismo persona inteligente y en algunos aspectos de la vida lo es; sin embargo, en lo privado lo martiriza el amor exagerado al dinero.

LABO: persona en exceso laboriosa, sólo piensa en el trabajo por el trabajo en sí mismo, por el afán con que vive pensando en todo momento en la comida.

QUIE: apasionado por la tranquilidad, se le representa durante casi toda la obra sentado en una silla plegable, desde la cual realiza todas sus acciones, aunque en ocasiones se pone de pie. Persigue en la vida ganar la mayor cantidad de dinero posible.

Escribí la obra. La revisé varias veces. Desde el punto de vista canónico, a un dramaturgo tradicionalista al que se la mostré no le gustó. Al compañero de trabajo que conversó su idea conmigo sobre el tema se la di a leer y le pareció ideológicamente incompatible con sus ideas políticas sobre lo que significa ser revolucionario. Conversé el tema con un director teatral de la ciudad tratando de interesarlo en el montaje de la obra y ni siquiera consideró la posibilidad, respondiéndome que no le interesaba montar obras ajenas.

En la actualidad, al llegar a esta quinta escena y escuchar lo que escribí hace tantos años, a veces me asusta: es como si mis personajes de la ficción de aquellos tiempos tal vez olvidados por muchos cubanos, estuviesen viviendo en la Cuba de ahora mismo, la del 2023. Tan monetizada. Tan desigualitaria luego de un proyecto social de más de 60 años que como la letra de La Internacional prometía que esta tierra sería el bello paraíso de la humanidad. Un país como Cuba llena de mypimes, donde para comprar en ellas hay que tener, según los humoristas callejeros FE (es decir, familiares en el extranjero).

Si alguno no ha escuchado las cuatro escenas anteriores a esta de ahora, puede descargarlas haciendo clic en las siguientes imágenes:

Escena 1:

Escena 2:

Escena 3:

Escena 4:

Y para escuchar la quinta escena, haga clic en la siguiente imagen:

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(*) Andrés Casanova (Las Tunas, Cuba, 1949) es narrador, poeta, autor de guiones radiales dramatizados y ha incursionado en la escritura de guiones cinematográficos; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales y textos suyos han sido publicados en revistas literarias de varios países. Está antologado en diversas selecciones de narrativa y poesía y ha publicado novelas, libros de cuentos, de poesía y ensayos literarios con editoriales de Cuba, México, España, Portugal y Argentina. Reside en Las Tunas, Cuba.

Pueden leerse sus libros más recientes que está publicando de manera exclusiva con la editorial Libros Café Criollo con sede en Estados Unidos en su página de Autor Central en Amazon: 

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Sus blogs literarios se encuentran en:

https://escritorandrescasanova.wordpress.com/

https://escritorandrescasanova.blogspot.com/

https://andrescasanova.cubava.cu/

Su canal de Youtube en:

https://www.youtube.com/@Andres_Casanova-Escritor

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