Fue esta mi última novela escrita mientras estuve en labores de ingeniero, diría que fue mi despedida más honrosa del mundo real de los obreros, no de los ficticios que algunas personas suelen fabricar con alegorías y triunfalismos. Pero fue también la más traumática en cuanto a las consecuencias personales que me trajo por diversas razones.
Y digo traumáticas, porque conociendo a los seres humanos como los conozco, casi estoy convencido que por culpa de esta novela fui excluido de varios mundos referidos a la literatura cubana.
Pero ya esto se sale de mis propósitos al divulgar toda mi obra publicada y la inédita: en cualquier otro momento me referiré a lo que he tenido que sufrir por haber cometido el error de cambiar mi título de ingeniero por el oficio de escritor artesanal.
Fascímil de la cubierta y contracubierta de HOY ES LUNES
El publicar HOY ES LUNES se lo agradezco tanto a la novela en sí misma (pueden leer un documento que he desclasificado de mi archivo: las evaluaciones textuales que me hicieron llegar de los lectores especializados cuyos nombres omito aunque sé de quienes se trata); también lo agradezco a la intervención de Guillermo Vidal ante los directivos de la Editorial Letras Cubanas; y por supuesto, a la buena voluntad de Francisco López Sacha quien en condición de jefe de Narrativa de la editorial en todo momento apoyó la publicación en unos tiempos realmente difíciles para el libro cubano: logró que mi novela aprobada desde 1989 saliera del grueso colchón donde dormían el sueño eterno miles de manuscritos: en 1995 el mío despertó convirtiéndose en libro.
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No obstante mi alegría por mi primera novela publicada, neófito como era en aquel tiempo en el trato de las editoriales (hablo del año 1994), cuando me llamaron para la firma del contrato y debí ir a La Habana, no se me ocurrió cuestionar dos aspectos: uno, la horrible cubierta con la que vio la luz; y dos, la eliminación de unos de los capítulos que hoy a la vista del tiempo me parece que la razón estuviera relacionado con la censura.
4.1 La historia
Admito que entre las novelas que he escrito, esta es la más hiperrealista de todas. No que sea un testimonio ni mucho menos y tampoco que pertenezca al ya superado canon del Realismo Socialista (todo lo contrario, es una novela transgresora del dogma estalinista), pero sí que tiene varios puntos de contacto con mis vivencias como ingeniero en la realidad real del mundo obrero, los talleres, el sindicalismo, los llamados cuadros de dirección y todo ese entramado que pueblan las fábricas y en general los lugares que se dedican a la producción y los servicios, más que a la burocracia sin que puedan desprenderse de este dragón de espumantes llamas por la boca que ataca día a día, hora a hora, minuto a minuto y segundo a segundo en nuestra sociedad.
Recién graduado como Ingeniero Mecánico en la especialidad de Maquinaria Agrícola y Transporte, la primera experiencia laboral que tuve fue en el sector agrícola, específicamente en la explotación, mantenimiento y reparación de las combinadas cañeras KTP-1. En lo que era entonces la Delegación Provincial de la Agricultura se me puso al lado de un excelente técnico medio, con un conocimiento basto sobre estas maquinarias; también trabajé durante un tiempo al lado de dos asesores soviéticos pertenecientes a la fábrica existente en la antigua URSS. Téngase en cuanta que mi graduación ocurrió a inicios de 1977.
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Allí mi aprendizaje quizás no me hubiera llevado (lamentablemente para mí) al mundo de la literatura que también fue otra de mis vocaciones desde mi época de estudiante de primaria, si no hubiera caído dentro del círculo de una de esas locuras que nos advertían en la Universidad de las que no aceptáramos ser partícipes: las soluciones anti-técnicas por parte de personas desconocedoras de la técnica que según el decir de uno de mis profesores resuelven un problema creando dieciocho.
En el caso de marras, me negué a firmar los documentos que avalaban la loca idea de abrirle las ruedas traseras de las combinadas KTP-1 para que fueran capaces de cortar caña en campos manatienses inundados por el agua de lluvia (fanguear, como se le llama en el argot de la explotación de la maquinaria). Como me negara, mi jefe me envió a cortar caña durante un mes, según él, para salvarme de mi negativa que realicé por escrito de manera fundamentada técnicamente. A mi regreso de mi actividad cañeril, me negué a continuar trabajando en el Departamento de Maquinaria pero ya esta es una historia que nada tiene que ver con esta novela, sino con otra que escribí muchos años después.
No fue el que acabo de mencionar el único barbarismo ni la única violación de principios técnicos y de principios éticos de los que fui testigo, ni en ese lugar ni en otros donde laboré. Todo ello convertido en ficción dramatúrgica, con personajes que no con personas, me llevó incluso a una investigación exhaustiva en una fábrica donde laboré y observé que de una u otra manera, los hechos se repetían, así como los que viví en otros centros laborales donde ocupé tanto responsabilidades administrativas como técnicas. En dos de tales lugares sufrí las represalias de mis enemigos, lo que también esta contado fabularmente en otra de mis novelas.
De todas estas rabias y desilusiones, de todas estas traiciones y faltas de respeto sufridas, surgió HOY ES LUNES luego de un plan elaborado en detalles. Los capítulos iban siendo escritos semana tras semana, los que disfrutaban así acabados de salir del horno de mi cuarto de fabricar historias un grupo de jóvenes de la última fábrica donde trabajé, los que me exigían que no abandonara mis propósitos de reflejar el mundo donde ellos vivían durante más de diez horas.
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4.2 La trama
Refleja el mundo obrero contemporáneo cubano, presentando la realidad fabular por mediación del contrapunteo entre la dirección administrativa de una empresa estatal y un grupo de obreros y técnicos que se oponen a las medidas burocráticas. El universo narrativo incluye también los conflictos humanos de sus personajes y se extiende a otras visiones críticas de la realidad. Según la nota de contracubierta, posiblemente HOY ES LUNES sea la primera novela cubana que recrea con audacia el tema obrero posterior a 1959 y yo agregaría: huyendo de los cánones del realismo socialista, todavía en boga durante la época de su escritura, que comenzó desde 1986.
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A medida que avanza la lectura de esta novela, va quedando la sensación de que mientras en la teoría los trabajadores son la fuerza gobernante, en la práctica no sucede con exactitud matemática.
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Valiéndome de recursos narrativos nada experimentales, y sí más bien sutiles, me las arreglé para ofrecer una novela que juega con frases empaquetadas y oficinescas, tomando como pivote el personaje de Lázaro Cortinas (enemigo jurado del fantasma burocrático).
El interés fundamental de la trama no es criticar una realidad asfixiante, sino conducir al lector hacia una realidad literaria a través del prisma con que la ven las personalidades más disímiles dentro de la ficción que es toda obra narrativa. No encontramos mujeres y hombres estoicos, sino personajes que luchan, se conforman, escapan o se aprovechan del desorden existente a su alrededor. Esta novela, aunque es pura invención, muestra una realidad real que hasta ese momento nadie se atrevió a presentar. Y el gran valor que cobra esta novela ahora que se halla en pleno avance el siglo XXI, es que habiendo sido escrita entre 1986 y 1989, y sólo publicada por Letras Cubanas en 1995, es que avizoró una realidad que el gobierno cubano sólo llegó a admitir hace muy pocos años.
Novela de perspectiva futura, vedada en los rincones más profundos del sueño, que no cuenta con una edición de lujo y una promoción acertada. Personajes como Dinamita, Alberto Céspedes, Rafael Molina, seres casi heréticos antaño, invitan a reflexionar, a replantear valores y códigos morales.
4.3 Ficha de la edición
Publicada por Editorial Letras Cubanas, La Habana, en el año 1995. Está registrada con el ISBN 959-10-0224-6. La edición fue de Ana María Muñoz Bachs, la cubierta de Berardo Rodríguez sobre una obra de Marcelo Pogolotti, el diseño interior fue de Xiomara Leal, la corrección de Sonia Carreras y la composición de Ana María Yanez. La cantidad de ejemplares no está declarada.
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(*) Andrés Casanova (Las Tunas, Cuba, 1949) es narrador, poeta, autor de guiones radiales dramatizados y ha incursionado en la escritura de guiones cinematográficos; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales y textos suyos han sido publicados en revistas literarias de varios países. Está antologado en diversas selecciones de narrativa y poesía y ha publicado novelas, libros de cuentos, de poesía y ensayos literarios con editoriales de Cuba, México, España, Portugal y Argentina. Reside en Las Tunas, Cuba.
Pueden leerse sus libros más recientes que está publicando de manera exclusiva con la editorial Libros Café Criollo con sede en Estados Unidos en su página de Autor Central en Amazon:
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Sus blogs literarios se encuentran en:
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