¿QUÉ ES EL NARRADOR?

Dentro de la gran ficción que es una novela o un cuento, el narrador es otra ficción más. Pudiera parecer pedante, pero hay que repetir aquí lo dicho y sabido por muchos: nunca el narrador es el autor aunque lo parezca, porque de ser así, el autor se vería metido dentro de una camisa de fuerza: no podría seleccionar como narrador a un ente distinto de sus propias concepciones morales, políticas y estéticas; o sea, no podría reproducir personajes que no cumplan su propio estatuto como individuo de una determinada realidad real. Por ejemplo: no podría existir un narrador analfabeto; un monárquico no podría escoger como narrador a un republicano; un autor incapaz de robar siquiera un centavo no podría escoger como narrador a un ladrón. ¿Ustedes imaginan un cuerpo legal con por tantos, por cuántos y artículos para escribir una novela? Sencillamente, no existirían escritores de obras de ficción narrativa.

De lo dicho hasta aquí, no se piense que el narrador libere al autor de responsabilidades. El autor es el dueño exclusivo de su narrador y de cómo le permita enfocar la narración (la perspectiva del narrador) depende que, cual un boomerang, el relato no se vuelva contra él. Por tanto, el autor sólo le permite a su narrador las libertades que él mismo desea darle.

Reitero: no se confunda al narrador con el autor. Esto por una parte libera al autor del prejuicio de verse obligado a narrar desde la perspectiva de un narrador que se corresponda con su propio estatuto (generalmente, un narrador positivo, porque todos los seres humanos tienden a considerarse a sí mismos personas íntegras). Pero por otra parte, constituye una trampa, porque el autor es dueño de sus creaciones de la ficción (tanto del narrador como de los personajes) y la crítica literaria suele evaluarlo a través de ellas. He leído narraciones en las cuales detrás del narrador se descubre la mano del autor, cual un mal titiritero que no sabe darles vida a sus títeres. Por ello, mucho cuidado con el narrador. Puede ser cualquiera, el más ruin o el más noble; cuando se escribe la primera versión no importa, se le deja narrar libremente. En el momento de la revisión, hay que separarse, extrañarse de él, para estar en condiciones de manejarlo a nuestros antojos y no que suceda lo contrario.

Lo más recomendable en este caso es:

-Seleccionar libremente al narrador de acuerdo a las necesidades de la obra concreta que se vaya a escribir e identificarse con él, lo que equivale a decir que durante la escritura autor y narrador deben ser la misma persona.

-Durante la revisión, el autor debe volver a ser él mismo, sin odiar ni amar al narrador, sino simplemente someterlo a una crítica objetiva. Sólo con tal punto de vista el autor podrá descubrir los errores de perspectiva cometidos por el narrador durante la etapa de creación.

Imagen de cubierta de mi libro de cuentos Creerse parte del mundo

(*) Andrés Casanova (Las Tunas, Cuba, 1949) es narrador, poeta, autor de guiones radiales dramatizados y ha incursionado en la escritura de guiones cinematográficos; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales y textos suyos han sido publicados en revistas literarias de varios países. Está antologado en diversas selecciones de narrativa y poesía y ha publicado novelas, libros de cuentos, de poesía y ensayos literarios con editoriales de Cuba, México, España, Portugal y Argentina. Reside en Las Tunas, Cuba.

Pueden leerse sus libros más recientes que está publicando de manera exclusiva con la editorial Libros Café Criollo con sede en Estados Unidos en su página de Autor Central en Amazon: 

https://www.amazon.com/author/andrescasanova

Sus blogs literarios se encuentran en:https://escritorandrescasanova.wordpress

https://escritorandrescasanova.blogspot.com/

Deja un comentario