EL ESCRITOR COMO AUTOR DETRÁS DE CADA LIBRO

El proceso de escritura de los géneros de ficción (novela, cuento y poesía) pasa por ciertas etapas que para simplificar e ilustrarlas podemos resumirlas de la siguiente manera:

1ª Nace el escritor con el don para la escritura con mayor o menor talento, pero siempre será una condición innata, que no depende de la voluntad del escritor, de quienes le rodean ni de una escuela, academia o universidad. Se nace o no se nace para escritor.

2ª El escritor vive lo suficiente como para desarrollar sus condiciones innatas para la escritura y adquirir las técnicas literarias por alguna de las vías alternativas posibles:
a) Con la ayuda de otro escritor.

b) Con el auxilio de una agrupación de escritores del tipo taller literario.

c) Por su estudio como autodidacta.

Téngase en cuenta que ninguna escuela forma escritores de ficción, sea de nivel elemental, medio o universitario. No es lo mismo aprender gramática, lingüística, técnica de redacción, estilística y otras materias afines que desarrollar académicamente el don para la escritura como sí ocurre con músicos, actores, artistas plásticos y otras disciplinas del arte para las cuales desde luego también se nace o no se nace.

3ª El escritor acumula vivencias como ser social en el mundo que lo rodea. Fíjense que sostengo abiertamente que solo muy excepcionalmente una persona que no ha llegado a una edad determinada que propicias su madurez en todos los sentidos o bien ha vivido en pocos años con intensidad, podría lograr obras de importancia al menos en temas que requieren de la experiencia directa o indirecta de tal manera que sirvan como materia prima para la producción literaria.

4ª Es impactado mentalmente por ciertos fenómenos de carácter físico o psíquico (participa en una guerra, es abandonado por la pareja que ama realmente, es despreciado por varios amigos o un grupo social, tiene un sueño que le parece revelador, sostiene una discusión con alguien; en general: cualquier experiencia que conmueve su vida) y esos fenómenos se convierten para él en causa generadora de un efecto creativo o sea en materia prima de la obra literaria.

Alerto que los fenómenos físicos o psíquicos que experimenta un escritor también suelen ser experimentados por cualquier otra persona que no nació con el don de la escritura. Pero lo que sucede es que el escritor tiene una condición artística innata y ante fenómenos comunes y corrientes puede descubrir aristas que una mentalidad no artística es incapaz de observar.

5ª El impacto mental le origina una crisis de conciencia que lo conduce a  representarse dentro de su cerebro los fenómenos observados pero no en su sentido natural sino artístico. Y lo artístico posee dos componentes:

a) Una realidad histórica, que es lo que sucede en el mundo físico en que vivimos.

b)  Una realidad imaginal o ficcional, que es lo que sucede en la mente del artista en relación con esa realidad histórica.

Ahora bien, representarse dentro de su cerebro todavía no quiere decir escribir el texto sino más bien planear la escritura, proponerse convertir en texto escrito aquello que se encuentra dentro de su mente de escritor.

6ª La siguiente etapa ya es más concreta pero también más específica de cada autor, sea cual fuere su nombre (Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges o Juan Pérez): todo escritor elabora un plan de su obra futura.

El plan de la obra futura no necesariamente tiene que ser escrito. El plan puede estar dentro de la mente del escritor, e incluso puede estar dentro de su inconsciente (para usar un término freudiano). Lo que estoy diciendo con esto es que no existe una inspiración metafísica, no existe una escritura que antes no haya sido pensada por el escritor en algún nivel de pensamiento (consciente, subconsciente o inconsciente) partiendo no de la nada, sino de alguna realidad histórica.

7ª Luego del plan ya sí viene la ejecución, la escritura física, porque si el plan no se ejecuta mediante el acto de la escritura, resulta obvio que no existe obra artística. Será una intención o un deseo, pero jamás un texto.

Cada autor escribe no sólo como quiere, sino también como puede. Cada escritor concreto posee herramientas particulares, incluso algunas inventadas por él mismo basándose en la experiencia de otros. Yo mismo tengo las mías en mi taller de fabricar historias, que a veces comparto con otros si considero que vale la pena, aunque en ocasiones decido mantenerlas en secreto.

Finalizo diciendo que:

a) No hay obra de ficción que no se parezca a su autor.

b) La ficción nace de la realidad real y de la realidad mental del escritor, por una simbiosis dialéctica de ambas.

c) El autor es dueño absoluto de su creación: no se la dicta una mente misteriosa, un duende ni una potencia divina, sino que surge de la aplicación de un don innato (que ese sí puede habérselo dado Dios) con la ayuda de un talento adquirido.

d) No se puede ser buen escritor de ficción si no se aprende la técnica literaria de la narrativa o la técnica literaria de la poesía.

Imagen de cubierta de mi novela breve El andén del destino

(*) Andrés Casanova (Las Tunas, Cuba, 1949) es narrador, poeta, autor de guiones radiales dramatizados y ha incursionado en la escritura de guiones cinematográficos; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha obtenido importantes premios nacionales e internacionales y textos suyos han sido publicados en revistas literarias de varios países. Está antologado en diversas selecciones de narrativa y poesía y ha publicado novelas, libros de cuentos, de poesía y ensayos literarios con editoriales de Cuba, México, España, Portugal y Argentina. Reside en Las Tunas, Cuba.

Pueden leerse sus libros más recientes que está publicando de manera exclusiva con la editorial Libros Café Criollo con sede en Estados Unidos en su página de Autor Central en Amazon: 

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Sus blogs literarios se encuentran en:https://escritorandrescasanova.wordpress

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